quarta-feira, 24 de fevereiro de 2010

MAIS UM TRECHO DE “A OBSESSÃO ANTIAMERICANA”: O MITO DA TOLERÂNCIA MUÇULMANA

Lo que dicta la visión del mundo de los musulmanes es que toda la Humanidad debe respetar los imperativos de su religión, mientras que ellos, a su vez, no deben respeto alguno a las religiones de los demás, ya que entonces pasarían a ser renegados que merecerían la ejecución inmediata. La «tolerancia» musulmana tiene sentido único. Es la que los musulmanes exigen para ellos solos y que nunca demuestran a los demás. El Papa, deseoso de mostrarse tolerante, autorizó, alentó incluso, la edificación de una mezquita en Roma, ciudad en la que está enterrado San Pedro, pero no se puede ni pensar en la construcción de una iglesia en La Meca ni en parte alguna de Arabia Saudí, so pena de profanar la tierra de Mahoma. En octubre de 2001, voces islámicas, pero también occidentales, no cesaron de pedir al Gobierno americano que suspendiera las operaciones militares en Afganistán durante el mes del Ramadan, que iba a comenzar a mediados de noviembre. Con guerra o sin ella, la decencia impone — decían los bien intencionados—ciertas  consideraciones para con las fiestas religiosas de todos. Hermosa máxima, salvo que los musulmanes se consideran los únicos exentos de cumplirla. En 1973, Egipto no vaciló en atacar a Israel el día mismo de Kipur, la fiesta religiosa judía más importante, guerra que pasó a la Historia precisamente con la denominación de «guerra de Kipur».