sábado, 6 de março de 2010

MAIS UM TRECHO DE “LA OBSESIÓN ANTIAMERICANA”

Repetir machaconamente que «los bienes culturales no son simples mercancías» es revolcarse en la trivialidad. ¿Quién ha afirmado nunca que lo fueran? Pero tampoco son simples productos de la financiación del Estado o, si no, la pintura soviética habría sido la más hermosa del mundo. Los abogados del proteccionismo y del subvencionismo se contradicen. Arman todo ese jaleo, según dicen, contra el dinero y, al mismo tiempo, sostienen que la creación está condicionada por el dinero, a condición de que se trate de dinero público. Ahora bien, aunque el talento necesita ayuda a veces, la ayuda no hace el talento.