Cuba es el único país del mundo en el que es más fácil cambiar de sexo que de partido político. Si usted es un señor inconforme con sus atributos masculinos, o usted es una señora que sueña con afeitarse todos los días, el comprensivo estado cubano le soluciona quirúrgicamente sus deseos y paga con gusto el enorme costo de esas complejas operaciones. Ahora bien, si lo que usted quiere es abandonar el Partido Comunista e integrarse en una formación socialdemócrata o liberal, el gobierno lo expulsa de su trabajo, le envía turbas a la casa para que le peguen y lo humillen, lo acusa de agente de la CIA y lo condena a largas penas de cautiverio en unas cárceles horribles.
Bravo, PF!
Há um dia